Lo primero que dice un mexicano cuando llega a Madrid, es que el metro huele a axila (tu ya sabrás). Yo le digo que no, que es un efecto alucinógeno y además es de las pocas cosas que aún no están privatizadas. Un saludo.
Nací en Madrid en 1949. Desde 1972 hasta 1980 viví en México. Después regrese a España. En 1977 publiqué un libro titulado "Evolución de los agujeros de un escritorio apolillado", en la editorial mexicana Tres Calaveras. Después dejé de escribir durante muchos años por motivos personales. Ahora he vuelto a hacerlo en pequeñas dosis, el día 1 de cada mes, y no sé por qué.
(AVISO: Aunque agradezco muchísimo los comentarios que por aquí podais dejar, y me encanta leerlos, he decidido no responder. Para cualquier otra cosa, aquí está mi e-mail: nestoraulengo@gmail.com, Mil gracias a tod@s)
Lo primero que dice un mexicano cuando llega a Madrid, es que el metro huele a axila (tu ya sabrás). Yo le digo que no, que es un efecto alucinógeno y además es de las pocas cosas que aún no están privatizadas. Un saludo.
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