jueves, 1 de abril de 2010

alopecia



No tengo ni un pelo de tonto.
No tengo ni un pelo de tonto.
Me lo repito, un día tras otro.
No tengo ni un pelo de tonto.

Susurro esa frase.
Me miro al espejo.
Nunca de frente.
Siempre de reojo.

No tengo ni un pelo de tonto.

Observo ese brillo que hace reír a los niños.
Destello de un cráneo que oculta un destino.
Reflejo de todos los años perdidos.
Deslumbrante fulgor asesino.

Es cierto.
Lo noto.
Un día tras otro.
No tengo ni un pelo de tonto.

lunes, 1 de marzo de 2010

ballena



Como ballena varada.
El vientre hundido en la arena.
En el horizonte los ojos.
Y la memoria de mil cetaceos
rondando esta agónica playa.
La cola rozando la orilla.
Y las cosquillas se mezclan
con todas esas mentiras.
Abierta la boca jadea.
Jadea.
Y jadea.
Recuerdos de aquel otro mundo.
Arpones en los costados.
El agua carmín oscuro.
Y al fondo, muy al fondo,
al fondo de sus dos ojos,  
un día más, 
las barbas del capitán Ahab.

lunes, 1 de febrero de 2010

calamar



Sabes que el ibuprofeno descansa en la mesita de noche,
sobre una montaña de libros todavía no leídos.
Sabes que la jaqueca está a la vuelta de la esquina,
como una rata dispuesta a morderte en la sien.
Sabes que mañana será demasiado tarde
y que el mejor día de tu vida fue ayer.
Sabes lo que sabes porque se lo has oído
a esas personas que viajan en tren.
Sabes que siempre desconoces
tu rostro en el espejo.
Sabes poco.
Yo no sé nada.
Sabe a calamar
tu lengua,
tu piel
y tu mirada.

martes, 1 de diciembre de 2009

vida y color



Corre, date prisa, corre a la farmacia.

La cruz verde ya ilumina tu camino.

Corre, date prisa, no pierdas ni un minuto.

Corre hacia las graciosas medicinas.

Que esperan con sus brazos bien abiertos.

Corre hacia la deslumbrante bata blanca.

Déjate arropar por su ternura.

Corre, amigo mío.

Corre, date prisa.

Corre una vez más.

Hacia ese olor a química.

Hacia esas pastillas de colores.

Hacia la perenne sonrisa del enclenque farmacéutico.

No dejes de correr hasta atravesar su puerta.

Hasta decirle donde te duele.

Hasta mirarle a los ojos.

Fijamente.

Como si fuese tu novia.

domingo, 1 de noviembre de 2009

vasos sanguíneos



Adoro los prolegómenos de la aspirina.

Dejarla caer en el agua con un chof!

Observar como se desvanece en cosa de segundos.

Disfrutar de su expresiva efervescencia.

Aproximar la nariz al borde del vaso.

Sentir su brisa acetilsalicílica en mis fosas nasales.

Cuanto me gusta esto, cuanto disfruto con ello.

Su chisporroteo siempre logra emocionarme.

Cuando la ingiero, saboreándola y relamiéndome,

me atrevería a decir que soy feliz.




miércoles, 30 de septiembre de 2009

clasificación de los dientes



¿Me lees?

¿Escudriñas mis letras?

¿Se deslizan ante ti?

¿Se tatúan en tu mente?

¿Se retuercen?

¿Se agolpan?

¿Son como dientes?

¿Chirrían

y mastican

antes de morderte?

martes, 1 de septiembre de 2009

Rizópodos



De manera oblicua

Miras a los astros,

que hablan,

que musitan,

que susurran espasmos,

y voces a veces

y gritos

y nombres

y brillos

y eces.

Y mucho más,

en definitiva,

de lo que mereces.





sábado, 1 de agosto de 2009

vacaciones




Mirar hacia el horizonte,
hacia la línea que dibuja el mar,
y saber, darse cuenta,
de que al cerrar los ojos,
al apretarlos con fuerza,
nos estarán esperando,
como si nada,
con disimulo,
la oscuridad o las tinieblas.

miércoles, 1 de julio de 2009

vanesa atalanta


Un helado de pistacho en su mano derecha.

Unas sandalias de piel de camello en sus pies.

Y el brillo de la crema envolviendo su cuerpo.

Un suspiro bajo la sombrilla de rayas.

Unas gotas de sudor descansando en su escote.

Y el rimel se derrite a cada pestañeo.

Un instante de brisa terriblemente inocua.

Una pierna que decide abandonar la hamaca.

Y el dedo gordo del pie se posa en el suelo.

Un bañador estampado con palmeras.

Una encrucijada al final de sus piernas.

Y todo, sin excepción, un símil del fuego.

Un verano.

Una tarde.

Un dedo.

lunes, 1 de junio de 2009

Trigo

En la cárcel de Querétaro hice el mejor amigo que haya tenido en mi vida.

Su nombre era Manuel.

En la cárcel de Querétaro la comida era estiércol de caballo enfermo.

Adelgacé dieciocho kilos en la cárcel de Querétaro.

En la cárcel.

En los huesos.

En la cárcel.

En los ruegos.

En la cárcel.

De rodillas.

En la cárcel.

No hay ardillas.

Un año y tres meses pasé en la cárcel de Querétaro.

Allí donde hice el mejor amigo que haya tenido en mi vida.

Aquel amigo llamado Manuel, del que nada he vuelto a saber.



viernes, 1 de mayo de 2009

sentido de la vista

En la pantalla, de madrugada, el brillo de la carne sudorosa. El traqueteo de las embestidas sin ritmo aparente. El jadeante devenir de unas nalgas que se estremecen. La devoción, maleable, de un dedo que entra y sale, entra y sale, entra y sale… como el sol durante los últimos cien siglos.

En la pantalla todo esto, a las dos de la madrugada de un martes cualquiera, cuando todos parecen dormir, cuando me tumbo, en el sofá, algo turbado, no mucho, no más; ante un insignificante canal de televisión local.


miércoles, 1 de abril de 2009

hormiga


Sinuoso.


Como un certero insecticida. Como un perro lamiendo el asfalto. Como una tarta sin almendras. Como una leve nube que se extravía en el firmamento.


Sinuoso.


Sinuoso multiplicado por dos. Por dos certeros insecticidas. Por dos perros lamiendo el asfalto. Por dos tartas sin almendras. Por dos leves nubes que se extravían en el firmamento.


Mientras, en el alfeizar, panza arriba, las hormigas ya no se desternillan como antaño.



domingo, 1 de marzo de 2009

nepenthes



Mequetrefe indolente. Sin uñas, sin barba, sin dientes. Con marcas de hollín en la frente. Sin habla, sin ojos, sin lentes. Mequetrefe, mequetrefe indolente. Sudando al pensar en la gente. Sudando y buscando tu mente. Sudando al tirarte de un puente.

Abajo te espera, mequetrefe indolente, abajo te espera impaciente, con los brazos abiertos, deseándote suerte, abajo, muy abajo, abajo te espera la muerte.

domingo, 1 de febrero de 2009

verderón pintado

No tengo tiempo para explicarlo. Para explicar lo inexplicable. Lo que otros ya han explicado tantas y tantas veces de manera tan explícita. Lo que no debería ser explicado a nadie. Se agota el tiempo y con el tiempo se agotan también todas y cada una de las explicaciones que sobre el tiempo nos han dado. Se agota lo intemporal. Se agota lo atemporal. Se agota la gota que colmó el vaso. Me desbordan, las explicaciones me agotan.

jueves, 1 de enero de 2009

armiño


Enero es una coraza.Reluciente de frío.Pasos que pesan.Se ralentizan.Casi arrastrando los pies.Que se dirigen hacia febrero.Más allá marzo.Abril a lo lejos.Mayo invisible.Junio no existe.Enero.Como ya he dicho.Una coraza.Reluciente de frío.Manos que minan.El tacto.Casi ateridos los dedos.Que se dirigen hacia el piano.Desafinado.

lunes, 1 de diciembre de 2008

músculos


De regreso a casa demasiada gente en el metro. Las axilas de la muchedumbre siempre logran abrumarme.

sábado, 1 de noviembre de 2008

cocodrilo


El humo.

Que está en todas partes.

También en mis ojos.

Irritados.

Mientras miran la ranura.

Por donde entran las monedas.

Calladas.

Como callada está la máquina.

Que traga las perras.

miércoles, 1 de octubre de 2008

cerebro


Al otro lado de la exactitud ya no queda nada.

Tan sólo hay niebla y escarcha.

Otro amanecer exacto.

Como el de ayer.

El de mañana.

El de hoy.

Así será.

Así es.

Sí.

No.

Nada.

No hay nada.

No al otro lado.

Ni siquiera en este lado.

Que pueda servir para la vida.

O para un leve instante que se eterniza.

Tal y como rueda una moneda redonda como el sol.

Al otro lado de la exactitud no hay nada que llevarse a la boca.

lunes, 1 de septiembre de 2008

dionea


Cuando me da por pensar en que algún día dejaré de existir, se me abre el apetito. Cuando recuerdo a los seres queridos que hace ya tiempo dejaron de existir, pienso en ponerme a dieta.


viernes, 1 de agosto de 2008

sistema nervioso


Motivado por el sol que ilumina mi rostro, camino por la Gran Vía. Una nube pasajera oscurece mi cara. Me detengo y miro hacia arriba. Un hombre salta desde un quinto piso y no tarda en estrellarse contra el asfalto. Otra vez sale el sol.